En la tarde de ayer, Juan Pérez, de 28 años, caminaba por la calle José Dodera cuando se encontró con una cajita.
"Me dió tanta curiosidad que no pude resistir a abrirla" confesó Pérez.
Al abrir la cajita apareció el "dios de la fortuna", que se hacía llamar Egüin.
Éste lo amenazó con que si no le daba una ofrenda lo convertiría en sapo y tendría mala suerte "por el resto de su vida".
Pérez asustado, cruzó al kiosko de la cuadra de enfrente y compró cinco barras de chocolate Garoto.
Al darle las barras de chocolate al supuesto dios se las lanzó por la cabeza y desapareció.
Valentina Brito 2º1
Deber 14
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